viernes, 23 de mayo de 2008

El espacio Schengen o el colapso del capital.

Pues si, visto lo visto no es pesimismo, porque cuando uno tropieza delante de todo el mundo, aunque intente disimular el percance la gravedad te lleva a tambalearte.
Italia,uno de los padres de la Comunidad Europea muestra la realidad del espacio schengen y su libre circulación de trabajadores para enriquecimiento de las empresas, junto al de los trabajadores inmigrantes, que es un tema aparte pero no independiente.
El mercado común,al cual todo país con bajo nivel económico está contento de pertenecer, fue creado en principio como fortalecimiento de unos países con economías similares, pero fue degenerando en el ensayo perfecto de explotación laboral bajo el amparo de la ley.
Su último proyecto; la adhesión de un número de países con baja situación económica, en los cuales sus trabajadores ya no están dispuestos a seguir siendo explotados y viajan a los otros países comunitarios con todo el derecho para hacerlo. Pero macabro instrumento del capital acaba de comenzar a pegar pistonazos como todo motor trucado por un chapuzas, llevándolo a convertirse en un problema de orden público en el país vecino. La solución de éste es la expulsión de los rumanos instalados en su país, contradiciendo a la ley que ampara a estos ciudadanos.
Todo menos reconocer que hasta que no se igualen los derechos de los ciudadanos de la comunidad en los propios países de origen, seguiremos teniendo un ejército de obreros-esclavos, a los que seguirán el otro ejército que se niega a ser obreros-esclavos y no les importa vivir en casas hechas por ellos mismos.
Todo esto es el primer aviso para el experimento de la Europa capitalista, aunque claro si las medidas que se toman son del tipo de encerrar a esos ilegales que huyen de la miseria que el capitalismo a llevado a sus países, en lugar de encerrar 18 meses junto a ellos a quienes les contratan, cualquier día nos imponen sanciones por trabajar bajo condiciones precarias, como las medidas tras un accidente laboral, en el cual la administración termina diciendo "¿Y usted como se sube hay si eso es una imprudencia?", o sea "¿Y usted para que viene?

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